
Ni las monjas se libran, a veces, de caer en la tentación de ciertas adicciones.
La hermana Mary Anne Rapp se ha declarado culpable ante el juez de un robo a gran escala: mangó 130.000 dólares de dos parroquias rurales del oeste de Nueva York, según reporta el canal CBS.
Aunque llevaba 50 años consagrada al servicio de Cristo, Rapp, una monja católica, no consiguió evitar el impulso de coger el dinero para financiar sus 'excursiones' al casino. Vamos, una ludópata en toda regla.
Lo hizo durante un periodo de cinco años, desde marzo 2006 hasta abril de 2011.
Nadie se dio cuenta de que faltaba dinero hasta que en una de las auditorías no les salían las cuentas.
Después de varios meses de investigación, a raíz de la denuncia del reverendo Mark J. Noonan, se pudo comprobar por donde se escapaba el dinero, según informó el sheriff.
Ahora, Rapp se enfrenta a una pena de un máximo de seis meses de cárcel y es probable que tenga que pagar una indemnización