ligeramente modificada con respecto a la de 33,1% anunciada el mes pasado - constituye una pronunciada recuperación con respeto a la caída de 31,4% del segundo lapso del año, la peor en los registros desde 1947.
La economía estadounidense cayó en picada a partir de marzo ante el impacto del coronavirus.
El gasto de los consumidores se disparó a una tasa anual de 41% y la inversión privada subió 86,3% en el tercer lapso.
Las compañías eliminaron 22 millones de empleos entre marzo y abril aunque después, gradualmente, empezaron a llenar sus plantillas de nuevo. Aun así, en Estados Unidos ahora hay 9,8 millones de empleos menos de los que había en febrero, y las contrataciones han ido frenándose todos los meses desde junio.
Pero ahora con el resurgimiento del virus - 220.000 casos por día comparado con menos de 35.000 a comienzos de septiembre - muchos estados están reimponiendo restricciones y cuarentenas.
Expertos calculan que el crecimiento del producto interno bruto disminuirá a 2,8% en el cuarto trimestre, según la Conference Board.
Los vaticinios serían aun peores si el Congreso estadounidense no hubiera aprobado el paquete de estímulo 900.000 millones de dólares.