o los cristianos en Egipto o Pakistán, asesinados por bombas mientras rezaban en la iglesia, escribió el pontífice.
Francisco se ha negado a criticar a China por su represión de las minorías religiosas, incluyendo los católicos, para decepción del gobierno estadounidense y de los grupos de derechos humanos. El Vaticano renovó el mes pasado su polémico acuerdo con Beijing para la nominación de obispos católicos, y Francisco ha sido muy cauto para evitar decir nada que ofenda al gobierno chino sobre este asunto.
China y el Vaticano no tienen relación formal desde que el Partido Comunista cortó los lazos y detuvo a sacerdotes católicos poco después de tomar el poder en 1949.
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La periodista de The Associated Press Nicole Winfield en Roma contribuyó a este despacho.